Este poemario narra la historia de un romance adolescente entre una chica argentina y un chico rumano durante un intercambio escolar en un pueblo del sur de Italia. A través de versos, se explora el amor juvenil, la migración, los idiomas, los prejuicios, la identidad, las amistades y el poder de la escritura y la memoria.
Es una obra íntima y reflexiva que quiere dar lenguaje a una experiencia que muchas veces guardamos en silencio, por miedo, verguenza o nostalgia.
Al principio, la voz poética se sumerge en los ideales del amor romántico, pero poco a poco cuestiona esas ideas para revisitar su experiencia desde una perspectiva más consciente como mujer latinoamericana. La escritura se convierte en una herramienta para desarmar y renombrar los hechos, ya sean felices o terribles, permitiéndole reconstruir su propia memoria y vivencia corporal.
Este libro es importante. Nos recuerda que podemos desandar. “Podían decir hasta acá y volver a empezar”, dice uno de los versos. No puedo imaginar un regalo más grande que recordarnos que a pesar de lo terrible y las historias que nos enredan, hay una certeza: vamos a amar de nuevo, vamos a amar de nuevo.
Martina Cruz
Los poemas de este libro viajan a Italia, acompaña a una adolescente en el principio de muchas cosas importantes. Nos llevan de la mano junto a su mirada inocente, entregada, llena de confianza, para golpearnos con la intensidad de aquello que abre una herida y deja huella. Nadie queda igual después de no elegir.
Maricel Santín
Laila Desmery. Escribió su primer poema a los 11 años y el segundo a los 17. De ahí en más, la poesía le llegó para quedarse. Se volvió una enorme compañía, una amiga con la que dialogar a través de los años. Es actriz (EMAD), lingüista (UBA) y editora.
